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sábado, 8 de noviembre de 2014

 

El cupido de Miguel Angel

La historia que les relato hoy es del gran genio MiguelAngel Buonarotti, a los 15  años ya había realizado numerosos dibujos copiando obras de Masaccio y Ghirlandaio, estudiadola obra del escultor Bertoldo di Giovanni y ejecutado obras como La Batalla de los Centauros o La Virgen de la Escalera.
Así, poco a poco, su arte fue admirado por sus contemporáneos, y alguno que otro pretendió ’sacar tajada’, como un anticuario romano que vendió un Cupido Durmiente del artista haciéndolo pasar por una escultura de la antigüedad clásica.La historia comenzo así Lorenzo di Pierfrancesco de Medici fue uno de los miembros de la famosa familia italiana en su época gloriosa, el Renacimiento, Lorenzo después de contemplar una escultura de Miguel Ángel que representaba un Cupido durmiente,  le comentó al artista: “Si consiguierais darle un aspecto tal que pareciera haber estado enterrado mucho tiempo, yo podría enviarlo a Roma, donde lo tomarían por antiguo y podrías venderlo mucho mejor”.Ya conocen ustedes la fascinación por el arte clásico, romano y griego, que caracterizó al Renacimiento italiano. Por lo tanto, si una obra buena valía una buena cantidad. Esta conversación  ocurrió antes de que Miguel Ángel fuera un artista consagrado y reconocido. Ya tenía cierto nombre, pero sus trabajos no eran aún destacado. Por cierto, recordemos que alcanzó ese máximo nivel con poco más de 20 años.
Miguel Ángel accedió a hacer la prueba. Envejeció la escultura enterrandola  cubierta con estiércol y en un tiempo la pieza tomo el aspecto de vejez  y la envió a Roma para venderla como una pieza clásica. En la ciudad vaticana un anticuario llamado Baldassare del Milanese vendió la obra como procedente de un descubrimiento arqueológico al cardenal Rafaele Riaro. El cardenal  Rafaele Riaro era un hombre que vivia comprando obras de arte, tal es asi que tenia salones repletos de obras de la época,. Cuando el cardenal vio la obra le gusto y  pagó 200 ducados por la misma.
El anticuario Baldassare era un hombre del oficio , muy observador con cada pieza que le interesaba  porque detectó el pequeño timo de Buonarroti.Y por esa razón sólo le envío 30 ducados solamente. Miguel Ángel se dio cuenta de que había sido descubierto y no se quejó de aquellos pocos ducados recibidos por su trabajo. Después de un tiempo también el propio cardenal se enteró de la verdadera procedencia de su Cupido. El eclesiástico envió a uno de sus ayudantes a visitar a Miguel Ángel a Florencia para hablar sobre el tema.
El mensaje para Miguel Ángel era el siguiente. Si un artista tan genial como para ser capaz de imitar así a los clásicos deseaba viajar hasta Roma y trabajar allí, el cardenal lo acogería en su palacio. Y así fue como Miguel Ángel tomó el camino del sur y viajó a la ciudad vaticana, donde comenzaría su impresionante carrera con la eterna Piedad
 El Cupido durmiente, es una obra desaparecida, realizada en mármol por Miguel Ángel de tamaño natural en el año 1496.

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