Transcurrieron
dos dias para que la tierra absorbiera el agua de la inundación y
poder ingresar a mi taller de restauración, la puerta estaba atascada,
empuje y corrí el objeto que me impedia abrirla, ya dentro del taller,
había los más diversos objetos,herramientas, cajas esparcidas por todos
lados y mi asombro fué, que solamente estaba de pie frente a mi, el atril con la obra de Francisco trabada por varios objetos que impidieron que cayera al suelo, si
, ahí estaba, sonriente y dándomela bendición, al verla , sentí ,
emoción, alegria y un calor recorrió todo mi cuerpo, fué una inyección
de renovada fé y fuerzas para seguir luchando ante semejante
devastación y horror por la mayor trágica inundación en mi ciudad.
Todo
comenzó el domingo de Ramos, a la salida de la iglesia de San Roque,
nos regalaron una foto de Francisco, en el frente de la misma estaba el
papa sonriente saludando y al reverso una síntesis de su vida. En el
camino a mi casa decidí llevarlo al lienzo, comencé los preparativos en
una tabla de 70 x 50 cm, hice el bosquejo y posterior pintura al óleo,
el 2 de abril por la tarde, estaba en sus últimos toques, cuando
comenzó a llover intensamente, transcurrió una hora aproximadamente , y
continuaba lloviendo cada vez con más intensidad, asi que tomé un viejo
paraguas del taller, cerré la puerta y cruce los 20 metros del parque
jardín que separa mi taller de la vieja casona donde vivo del barrio
norte de la ciudad, la lluvia continuo por horas, y nadie sospechaba lo
que nos deparaba el destino, la inundación llegó y con ella la
devastación y la muerte de 70 vecinos platenses.
Nota de Michael Aguaron 17 de abril de 2013.
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que alegria para el alma
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