Ecce Homo: otros casos
más llamativos de daños a obras de arte
Ya sea en accidentes o ataques, la lista de
selectas piezas que han sufrido daños incluye trabajos de Picasso y Van Gogh.
La
absurda "restauración" de una obra de arte conocida anteayer en
España, trae a la memoria una serie de ataques y atentados, algunos circunstanciales
y otros con absoluta intención, que han dañado el patrimonio artístico de la
humanidad.
Quizás ninguno de los casos tiene ribetes tan extraños como el de Cecilia Giménez, la anciana del pueblo de Borja que intentó restaurar a su manera una pintura religiosa, un Ecce Homo realizado en 1932.
Hace pocos meses se conoció, gracias al video de una cámara de vigilancia, el ataque hecho con aerosol a una obra de Picasso, Mujer en sillón rojo, en un Museo de Texas. El hecho dañó parte de la superficie, pero no fue un perjuicio significativo.
Otro ataque célebre fue el que sufrió una de las obras más controversiales del arte moderno, el famoso Urinario de Marcel Duchamp (1917), el que fue dañado por el martillo de un enfurecido artista que, dentro de una performance, protestó por su inclusión como obra de arte. El resultado fue un daño leve.
Uno de los casos más curiosos fue el del mural El hombre en el cruce de caminos, del mexicano Diego Rivera y que fue encargado por el multimillonario John D. Rockefeller en 1933 para adornar el lobby del edificio RCA en la ciudad de Nueva York. Cuando lo estaba terminando, Rivera inlcuyó una imagen del rostro de Lenin, lo que provocó la indignación del magnate estadounidense, quien pidió taparlo primero, para luego ordenar su destrucción. Rivera, no obstante, luego lo pintó de nuevo y ahora se exhibe en su país.
En 1987, un hombre intentó dispararle a la obra La Virgen con el Niño Santa Ana y Juan Bautista, de Leonardo Da Vinci, para demostrar su descontento contra las condiciones socio-político económicas imperantes en Gran Bretaña. El disparo destrozó el vidrio protector causando una rasgadura de seis pulgadas en la bata de la virgen.
También de Picasso, es el caso de la obra El actor, cuando una mujer en el MoMA de Nueva York cayó accidentalmente sobre él en 2010, y causó un corte vertical de seis pulgadas en su superficie. La obra, realizada en 1904, está avaluada en U$130 millones y la mujer, no debió pagar el daño, ya que se trató de una situación fortuita.
Un episodio que se emparenta en sus ribetes absurdos con el del Ecce Homo, es lo que sucedió con la famosa pintura Retrato del Dr. Gachet, de Van Gogh. La pieza cumbre del pintor holandés fue adquirida por el millonario japonés Ryoei Saito en 1990 por la suma de U$82 millones. Tiempo después, Saito dijo que al momento de su muerte quería que el cuadro fuera destruido con él, lo que causó un escándalo de proporciones. Y cuando ocurrió el deceso del empresario nipón, en 1996, muy poco se supo de la obra de Van Gogh, alimentando los rumores de su destrucción.
Según ciertas fuentes, habría sido vendido a un fondo de inversiones australiano, pero esto nunca se ha podido comprobar, dejando en el misterio el destino del que fue la obra de arte más cara subastada hasta entonces.
Quizás ninguno de los casos tiene ribetes tan extraños como el de Cecilia Giménez, la anciana del pueblo de Borja que intentó restaurar a su manera una pintura religiosa, un Ecce Homo realizado en 1932.
Hace pocos meses se conoció, gracias al video de una cámara de vigilancia, el ataque hecho con aerosol a una obra de Picasso, Mujer en sillón rojo, en un Museo de Texas. El hecho dañó parte de la superficie, pero no fue un perjuicio significativo.
Otro ataque célebre fue el que sufrió una de las obras más controversiales del arte moderno, el famoso Urinario de Marcel Duchamp (1917), el que fue dañado por el martillo de un enfurecido artista que, dentro de una performance, protestó por su inclusión como obra de arte. El resultado fue un daño leve.
Uno de los casos más curiosos fue el del mural El hombre en el cruce de caminos, del mexicano Diego Rivera y que fue encargado por el multimillonario John D. Rockefeller en 1933 para adornar el lobby del edificio RCA en la ciudad de Nueva York. Cuando lo estaba terminando, Rivera inlcuyó una imagen del rostro de Lenin, lo que provocó la indignación del magnate estadounidense, quien pidió taparlo primero, para luego ordenar su destrucción. Rivera, no obstante, luego lo pintó de nuevo y ahora se exhibe en su país.
En 1987, un hombre intentó dispararle a la obra La Virgen con el Niño Santa Ana y Juan Bautista, de Leonardo Da Vinci, para demostrar su descontento contra las condiciones socio-político económicas imperantes en Gran Bretaña. El disparo destrozó el vidrio protector causando una rasgadura de seis pulgadas en la bata de la virgen.
También de Picasso, es el caso de la obra El actor, cuando una mujer en el MoMA de Nueva York cayó accidentalmente sobre él en 2010, y causó un corte vertical de seis pulgadas en su superficie. La obra, realizada en 1904, está avaluada en U$130 millones y la mujer, no debió pagar el daño, ya que se trató de una situación fortuita.
Un episodio que se emparenta en sus ribetes absurdos con el del Ecce Homo, es lo que sucedió con la famosa pintura Retrato del Dr. Gachet, de Van Gogh. La pieza cumbre del pintor holandés fue adquirida por el millonario japonés Ryoei Saito en 1990 por la suma de U$82 millones. Tiempo después, Saito dijo que al momento de su muerte quería que el cuadro fuera destruido con él, lo que causó un escándalo de proporciones. Y cuando ocurrió el deceso del empresario nipón, en 1996, muy poco se supo de la obra de Van Gogh, alimentando los rumores de su destrucción.
Según ciertas fuentes, habría sido vendido a un fondo de inversiones australiano, pero esto nunca se ha podido comprobar, dejando en el misterio el destino del que fue la obra de arte más cara subastada hasta entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario